¿Como estas?
¿Enamorado?
¿Enamorado?
¿Cambiando tu cuerpo por una atracción?
O sigues esperando el día en que la vida logre sonreírte.
Han pasado tantos meses,
donde la desesperación me ha acompañado cada día,
y tu recuerdo no para de transmitirse en mi mente.
Tu ausencia se hace evidente,
y mi vida ha perdido el ritmo que tuvo antes de conocerte.
Dices estar enamorado,
dices tenerlo todo,
según tu nada te hace falta…
Pero tú sabes mejor que nadie que no tienes nada,
lo perdiste todo por culpa de tus mentiras.
Tú eres una mentira,
tu vida no existe,
nada existe,
ni tu nombre ni tus palabras.
Quizás nunca estuviste,
tal vez nunca naciste y solo eres una tortura que creo mi mente,
para darme cuenta que la vida tiene dolores y desilusiones,
de esas que tienen nombre y apellido,
esas que se llaman tu...
Eres la peor tortura de un corazón,
destrozas al ser más indefenso hasta el más fuerte,
como creí serlo yo,
pero tus manos son enormes
y estrujas cada sentimiento que alcancé a regalarte,
con la ingenuidad a flor de piel.
Te hablo como si nada hubiese pasado,
como si hubiera perdonado cada uno de tus errores,
pero mi corazón no aguanta esta pena de no tenerte a mi lado,
esta pena de saber que estas creando nuevas heridas,
en otras pieles,
otros cuerpos,
otras mujeres.
Mientras yo juego a ser feliz,
obligando a mi mente a creer que estoy enamorada,
experimentando la vida con otro hombre,
otro cuerpo,
que no es el tuyo,
como lo prometimos algún día,
ese día que nunca llego,
y jamás llegara…